Presentación del Taller Integral II (Proyectos arquitectónicos)
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PRESENTACIÓN |
Este Taller debe su nombre a que en él se abordan problemas que deben ser resueltos mediante diferentes campos disciplinarios necesarios para la solución de proyectos arquitectónicos de cualquier género, escala y grado de complejidad técnica y espacial. En este espacio académico convergen los cursos de Investigación, Proyectos y Construcción, que forman parte de tres de las cuatro áreas de conocimiento que estructuran el Plan de Estudios 2017 de la licenciatura de Arquitectura de la Facultad de Arquitectura de la UNAM: Teoría, Historia e Investigación; Proyecto; y Tecnología. En semestres posteriores, se integra el área Urbano-Ambiental. En conjunto, todos estos conocimientos contribuyen a la solución de problemas y proyectos arquitectónicos como simulador de lo que sucede en la realidad profesional. Al inicio de cada ciclo escolar, las y los docentes seleccionamos cuidadosamente los ejercicios y actividades que nos permitan alcanzar los objetivos planteados en el plan de estudios para lograr la integración de contenidos en el proceso de solución de problemas. Para el segundo semestre, se propone el desarrollo de dos o tres ejercicios en los que se integren los conocimientos y las habilidades que aportan los cursos de Investigación, Proyectos y Construcción, en los que se integren los conocimientos y las habilidades que aportan los cursos de Investigación, Proyectos y Construcción, para los que se proporcionará un plano catarral del terreno con su forma, dimensiones, superficie y orientación exacta, con el objetivo de que todo el grupo cuente con los mismos datos. Los cursos del Taller Integral II inician con una investigación en la que se utiliza la metodología expuesta en el semestre anterior, a fin de conocer, profundizar y obtener los datos que conformarán el programa arquitectónico a resolver en el taller de diseño (proyectos). La investigación tiene como objetivo que las y los estudiantes se aproximen al problema arquitectónico auxiliados por un método que es utilizado en la práctica profesional. Su aplicación permite obtener la información completa para la elaboración de un proyecto que responda cabalmente a las necesidades de las y los usuarios y/o habilitadores del objeto proyectado, edificado y habitado. El producto obtenido en el proceso de investigación es el programa arquitectónico, el cual es el resultado de la elaboración de las etapas precedentes (información, investigación, análisis, síntesis), a fin de contar con un listado de los espacios requeridos, con las superficies obtenidas en la etapa de síntesis y concentradas en las cédulas de espacios y necesidades de todos y cada uno de los espacios que demanda la o el cliente, para la solución del diseño arquitectónico solicitado. Con este documento (programa arquitectónico), junto con la plena conciencia de las necesidades y condiciones a respetar y resolver, se da paso a una etapa de transición entre la investigación y el proceso de diseño: la elaboración de organigramas, diagramas de funcionamiento o de relaciones (flujo) y esquemas compositivos, los cuales deben ser explicados en los componentes de Investigación y Diseño. Es importante aclarar en qué consisten estos tres pasos, de gran utilidad previos a la etapa creativa. Una estrategia que puede resultar útil es dibujar las áreas del programa a escala para construir el diagrama de funcionamiento o diagrama de flujos sobre el área y forma de terreno. La experiencia nos ha hecho identificar que resulta didáctico realizar recortes de papel de las áreas del programa a escala, para sobreponerlos en un recorte a la misma escala de un plano del terreno a intervenir. El objetivo es contar con una herramienta sencilla y fácil de manipular para entender si es posible resolver el proyecto en una planta sobre el terreno dado o, por la relación de áreas entre programa y la superficie del terreno, identificar si el objeto arquitectónico deberá ser de más niveles, a fin de satisfacer el programa de necesidades en el predio que se tiene. Otra acción que ayuda al entendimiento del problema es agrupar áreas diferenciadas por categorías (por ejemplo, públicas, privadas y de servicio, por mencionar algunas) y utilizar colores para distinguirlas. Cuando el diseño a resolver es de mayor escala y complejidad, estas áreas se diferencian por jerarquías, departamentos, funciones, entre otras. Se sugiere que, con el uso de estas estrategias a manera de ejemplo, la o el docente resuelva un problema similar frente al grupo, para que las y los estudiantes observen cómo se puede lograr un diagrama de funcionamiento manipulando rápidamente las áreas y colores sobre el terreno. Una vez ejemplificado el ejercicio, las y los estudiantes deberán repetirlo dos o tres veces y fotografiar el resultado (puede ser con su teléfono celular), para comentarlo con todo el grupo. El siguiente paso, correspondiente al inicio del diseño, consiste en plantear el esquema compositivo. Cabe aclarar que, cuando el problema arquitectónico a resolver es con un programa sencillo, es decir con pocos componentes, algunas veces es suficiente con componer las partes entre sí, a diferencia de cuando el programa es muy extenso o con muchos componentes, en donde es necesario organizar sus partes mediante el esquema compositivo. Estos pasos previos son de gran utilidad sobre todo para la enseñanza del proceso del diseño arquitectónico en los primeros semestres o cursos de esta disciplina. Posteriormente, se trabaja con la imagen conceptual, quizás el punto más crítico de todo el proceso del diseño arquitectónico, pues representa la idea del cómo se quiere diseñar y es el punto de la ideación o de la concepción formal y funcional del objeto arquitectónico. Dicha imagen conceptual se representa mediante una idea compleja expresada con dibujos rápidos, sintéticos y expresivos que conocemos como “croquis”. Una vez que se logra un concepto interesante, se inicia una exploración formal en la búsqueda de un partido arquitectónico, el cual debe representar un diseño en borrador que conforma la función, una idea preliminar del sistema portante (estructural) y el sistema constructivo con los que posiblemente se pueda edificar el objeto arquitectónico. Todo este material sirve para hacer un sinnúmero de opciones con las que se va modelando el proyecto. Cuando esta etapa satisface en términos generales el programa y el problema, se da paso al anteproyecto. De no ser así, puede significar un punto de retorno hasta regresar y revisar el concepto, lo que implica rehacer el diseño desde su fase de ideación. El proceso de diseño es una actividad dialéctica; es como un largo viaje de ida y vuelta hasta llegar al destino final. Aquí se enlistan los criterios que se elaboran, normalmente en equipos de cinco estudiantes, para promover el trabajo colaborativo:
Para concluir el componente de investigación entre docentes y estudiantes, se diseña la rúbrica para realizar la evaluación final del aprendizaje y el desempeño alcanzados. La rúbrica contempla los conocimientos, las habilidades y las actitudes logradas y mostradas a lo largo del curso. Esta se lleva a cabo frente a todo el grupo con las y los docentes de los tres componentes que conforman el Taller Integral (de forma colegiada) y en corresponsabilidad de las y los estudiantes con un doble propósito: confrontar a las y los alumnos con la dificultad de la evaluación y poner en juego la ética frente a la evaluación y la calificación. Es importante mencionar que este trabajo tiene la intención de proporcionar a docentes y estudiantes un material de consulta didáctico que les ayude a ordenar y ejemplificar una estrategia didáctica en la enseñanza de la etapa básica (inicial) de la licenciatura de Arquitectura, para que, a su vez, cada docente la utilice, la modifique y lo adapte según sus necesidades académicas. Arq. Ernesto Natarén |