Movimientos Relativos del Sol vistos desde la Tierra
Movimientos Relativos del Sol vistos desde la Tierra
Regresamos al inicio del curso de Astrofísica General, después de dar una muy breve descripción del modelo del origen del Universo conocido como la Gran Explosión (el otro modelo cosmológico se denominaba “El Modelo Estacionario”, en inglés “Steady State Model” con su premisa principal de que nada cambia con el tiempo, materia se produce, materia se destruye, etc.).
Ahora como el título de nuestra clase lo indica, explicaremos en forma sencilla la Bóveda Celeste actual pero con el punto de vista antiguo, es decir, poniéndonos en los “ojos” de los primeros observadores en la Tierra.
No debemos olvidar que somos animales, y que nuestra tatararabuela fue Lucy quién vivió en el nor-este de Africa hace aproximadamente 3.5 millones de años.
Lucy y sus compañer@s fueron los primeros que formaron la rama que nos dio origen, separándose de las ramas de los chimpancés, gorilas, changos, etc. La leyenda (contada por un gran Antropólogo) dice que ell@s desarrollaron una modificación de sus cuerdas vocales de tal forma que podían emitir sonidos que eran importantes para avisarles de la cercanía de un depredador: leones, leona, tigres, tigresas, hienas, víboras, arañas, etc.
En esa época Lucy y sus compañer@s me imagino que no volteaban su mirada hacia la bóveda celeste en ningún momento y menos con “ojos” de un observador astronómico. Pero de lo que me supongo que si se daban cuenta es de
que durante un periodo de tiempo, había un objeto brillante que daba luz y calor (que ahora lo podemos asociar al Sol). Eso les ayudaba a sentirse bien pues había calor, y luz (visible) para poder identificar la cercana, o lejana presencia de un depredador. Ell@s podían estar en las ramas de árboles, en la superficie.
Pero en cierto momento ese objeto desaparecía y bajaba la temperatura, y sin luz, era mucho mas difícil identificar la cercanía o lejanía de un depredador. Entonces me imagino que buscaban refugiarse en cuevas.
Después de un cierto tiempo el objeto brillante aparecía y otra vez daba luz y calor, lo que les permitía salir de la cueva para buscar frutas, y otros alimentos tanto en la superficie de la tierra, como en las ramas de los árboles.
Esto sucedió una y otra vez, de tal manera que muchas generaciones después de Lucy se dieron cuenta que el proceso (objeto brillante, luz, calor -> baja temperatura falta de luz -> objeto brillante, luz, calor) era repetitivo y por lo tanto lo podríamos denominar un proceso cíclico.
Este proceso cíclico continúa hasta nuestros días en el siglo XXI de nuestra era.
Observamos la salida del Sol por el oriente, viaja a través de la bóveda celeste hasta alcanzar el mayor ángulo sobre el horizonte, y continúa su viaje hacia el poniente hacia el momento que observamos la puesta del Sol (en vocabulario común y corriente nos referimos a que el Sol se metió). Este proceso sucede en un periodo de tiempo al cual nos referimos como el “día”.
Observamos que después de la puesta del Sol, baja la temperatura, y en general, no hay otro objeto de las mismas dimensiones que dé luz ni proporcione calor. En vez de eso, se observa una bóveda celeste obscura con muchos objetos brillantes que a simple vista nos parecen puntuales. Esto sucede por un periodo de tiempo al que denominamos “la noche”.
Y el proceso cíclico reinicia. Así tenemos día, noche, día, noche.
Durante varias “noches” se observa otro objeto grande que proporciona luz, pero no dá calor, y es a lo que denominamos Luna.
Pero hay cierto número de noches en las cuales ese objeto brillante, no se observa, pero después aparece otra vez. Pasan varias noches en las cuales se observa la Luna, y unas pocas noches en las cuales no se observa la Luna y este lo podríamos también denominar un proceso cíclico: muchas noches en las cuales se observa la Luna -> pocas noches en las cuales no se observa la Luna -> muchas noches en las cuales si vuelve a observar la Luna -> pocas noches en las que no se observa la Luna...
Proceso Cíclico Día. En este proceso tenemos al Sol moviéndose a través de la bóveda celeste. En general el Sol:
1. Sale por el oriente.
2. Se mueve en una dirección: de Oriente a Poniente, hasta que se mete.
3. Su movimiento es uniforme, es decir, en un cierto intervalo de tiempo recorre una distancia finita, pero igual, que otro intervalo de tiempo. Es decir, el Sol no avanza, y luego disminuye su velocidad, ni se detiene. Podríamos hablar de que su velocidad es constante.
4. Su movimiento no es azaroso es decir, el Sol no tiene una trayectoria en forma de zig-zag saliendo por el oriente, inmediatamente moviéndose hacia el norte, luego moviéndose hacia el poniente, luego moviéndose hacia el sur, enseguida deteniéndose, luego iniciando otra vez su movimiento hacia el poniente, otra vez moviéndose al norte, etc. Nunca sale por el poniente y se mueve hacia el oriente, ni tampoco nunca sale por el oriente e inmediatamente se mueve hacia el norte, y luego se mueve hacia el sur, poniéndose o metiéndose por el poniente.
Podríamos decir que su movimiento es de oriente a poniente (uniforme).
5. Podríamos afirmar que el movimiento del Sol de oriente a poniente uniforme es constante, el mismo, si se analizan varios procesos cíclicos del día.
Proceso Cíclico Noche. En este proceso tenemos la bóveda celeste obscura con objetos puntuales de los cuales nos llega su luz (visible).
1. Se observan puntos brillantes que salen por el oriente, y si los observamos durante un gran intervalo de tiempo, se meten por el poniente.
2. El movimiento de cada punto brillante es en la dirección oriente hacia poniente.
3. Los movimientos de cada punto brillante es homogéneo y nunca es azaroso, al igual que el sol, un punto brillante, no sale por el oriente para inmediatamente moverse hacia el norte, luego hacia el sur (en forma de zig – zag) ni tampoco hace movimientos en forma de círculo antes de volver a moverse hacia el poniente.
4. El movimiento es uniforme, es decir, la distancia recorrida de un cierto punto brillante en un cierto intervalo de tiempo es la misma, que la distancia que recorrería, en otro intervalo igual de tiempo, antes o después del primero.
5. Este movimiento de puntos brillantes a lo largo de la bóveda celeste es homogéneo y uniforme en cada proceso cíclico, es decir, cada noche.
Texto elaborado por: Dr. José Antonio García Barreto